Tecnologías BOSE: Las gafas con sonido

Unas gafas que proyectan sonido a nuestros oídos, sin taparlos, sin «auriculares»: ése es el invento de Bose.

Se llama Open Ear Audio y consiste en unos micro-altavoces situados en ambas patillas, dentro de una cavidad estudiada para enviar el sonido hacia las orejas. La marca lanzó sus primeros modelos de gafas con esta tecnología hará un par de años, y recientemente ha añadido otros dos modelos además de unas más deportivas. Todas reciben el nombre de Bose Frames: es la familia de gafas con sonido que se conectan con el móvil (u ordenador) por Bluetooth y de las que todo el que las prueba se queda prendado.

Bose Open Ear Audio

La tecnología usada ha recibido el nombre de Open Ear Audio por parte de Bose y consiste precisamente en eso: sonido en los oídos abiertos. Es decir, que no cubrimos o tapamos nuestras orejas como con auriculares, ni introducimos nada en nuestro canal auditivo como en los intra-auriculares. Sencillamente, el sonido llega a nuestros oídos como lo haría desde unos altavoces normales, con la diferencia de que aquí esos altavoces están colocados en las patillas de las gafas. Y el sistema que dirige el sonido hacia los oídos está muy optimizado y es bastante direccional: incluso con el volumen alto, alguien a más de un par de metros del oyente no percibe qué escucha.

La ventaja de no tener tapados los oídos es múltiple. De entrada, podremos escuchar los ruidos alrededor nuestro. Eso convierte algunas actividades como correr o montar en bici en mucho más seguras, pues evitaremos quedarnos aislados del entorno. Si se acerca un vehículo por ejemplo lo escucharemos perfectamente. La otra ventaja es que nadie pensará que estamos escuchando música, un podcast, o estamos manteniendo una conversación: usarlas para conducir es como llevar un «manos libres» y por lo tanto no nos multarán (ni siquiera se darán cuenta).

Controles prácticos

Para mantener conversaciones las gafas llevan micrófonos en las patillas que, con el sistema antiruidos de Bose, capturan perfectamente nuestra voz filtrando ruidos como el del viento si estamos corriendo. Gracias al botón de activación y a la patilla derecha táctil, controlaremos la mayor parte de acciones sin necesitar tener el móvil a mano. Subir y bajar el volumen es tan sencillo como pasar el dedo por esa patilla derecha adelante o atrás. Para contestar una llamada, cambiar de canción, parar la música o activar el asistente de voz de nuestro móvil (Android o iOS) también nos valdremos de eso.

Y hay más: las gafas disponen de acelerómetros para saber cómo movemos la cabeza. En combinación con una aplicación Bose dedicada, eso abre la puerta al uso en realidad aumentada: visitando un museo, podremos seguir instrucciones o descripciones, por ejemplo. Además, algunos gestos sirven para parar la música o desconectarlas sin siquiera tocar nada (darles la vuelta las desactiva).

Diferentes estilos: deportivas o clásicas

Pero las Bose Frames son gafas de sol a fin de cuentas: unas buenas, con cristales polarizados y que se pueden reemplazar. La propia Bose ofrece cristales alternativos de diferentes colores o filtros, pero podemos encargar cristales graduados en nuestra óptica. O unos con filtros para usar con pantalla de ordenador, un entorno ése donde también las Frames han ganado muchos adeptos por lo cómodas que son y lo fácil que es poder mantener conversaciones o escuchar música mientras trabajamos.

Existen en diferentes estilos: las más nuevas son las Bose Frames Tempo, que además de un estilo deportivo aportan unas patillas algo más gruesas donde caben baterías algo mayores. Así, estas llegan a 8 horas de autonomía, mientras las Frames normales se quedan en 5 horas y media. Entre esas últimas, las Frames Soprano tiene el estilo más clásico (cristales redondeados) y las Frames Tenor más moderno (cristal cuadrado).

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