Ahorro inteligente con eficiencia energética

Los usuarios de electrónica de consumo somos muy detallistas en las prestaciones de los productos, en la funcionalidad, las características técnicas, pero solemos olvidar un aspecto muy importante, el consumo energético. Está demostrado que la eficiencia energética de nuestros aparatos nos hace ahorrar, pero, ¿podemos saber cuánto?

Todo el proceso de sostenibilidad no se limita a la fabricación, también tiene un punto crítico en el consumo de cada aparato. Y esto afecta tanto a lavadoras, lavavajillas y neveras como a las pantallas de televisión.

En este artículo podemos ver algunos datos reales de pruebas realizadas con pantallas de televisión comercializadas en España. Para ver lo que gasta una pantalla no nos tenemos que obsesionar con el tamaño del panel, que también, sino la utilización que la electrónica integrada en el aparato hace de la energía para producir imagen y sonido.

La clasificación energética

Un detalle que quizá algunos consumidores hayan experimentado y que suelo comentar con amigos y familiares, es la generación de calor, o lo que es lo mismo, la transformación de energía eléctrica en térmica, cuando estamos hablando de pantallas de televisión, no de una calefacción. Y es que, si se acerca a su pantalla después de unos minutos funcionando, no hace falta que sea mucho tiempo, notará cómo el panel desprende calor. Algo útil para el invierno, aunque hay formas más eficientes de generar calor para un hogar.

Si nos fijamos en las etiquetas de certificación energética de la Unión Europea, que van de A+++ a G, pasando por A++, A+, A, B, C, D, E y F, la primera tiene un índice de eficiencia energética inferior a 0,1, mientras que la G supera el 1,0. Siempre hablando de pantallas de televisión y teniendo en cuenta esa clasificación, nos encontramos todavía con muchos productos con clasificación B y C, que consumen muchísimo más que un modelo A+, por tomar una clasificación que ya tienen muchos productos en el mercado.

Además de la eficiencia del aparato el consumidor quiere saber cuánto ahorrará en luz al usarlo, por eso LG incluye un porcentaje junto a su etiquetado, como por ejemplo, “A+++ (−40%)”. Esto indica la capacidad de ese electrodoméstico de ahorrar hasta un 40% de energía respecto a un modelo A. Al precio actual de la energía eléctrica, podemos ahorrar mucho, como veremos más adelante.

La tecnología limpia de LG

La tecnología fabricada de forma responsable y sostenible es un reto para cualquier fabricante, pero para LG es un objetivo que ya ha puesto en marcha y además los datos están documentados.

El fabricante coreano ha creado unos sellos, que se pueden ver en las ilustraciones que acompañan este artículo, en los que se muestran los ahorros de energía con las diferentes tecnologías de los paneles de televisión, en euros, si, en dinero, para que todos entendamos de qué estamos hablando.

Para un modelo de pantalla con tecnología NanoCell, por ejemplo, el ahorro a lo largo de 10 años de uso del televisor es de hasta 1.064€, mientras que si nos vamos a un producto con pantalla OLED, el ahorro en ese mismo período de tiempo llega a los 1.337€. Es evidente que se trata de ahorros totales con pantallas de gran formato, que a su vez tienen costes elevados, pero si hacemos un cálculo rápido del ahorro respecto al precio del producto, pongamos una pantalla de tipo medio de 65 pulgadas, con un coste de dos mil euros, resulta que el ahorro es cercado al 60% del precio total del televisor. Y si tomamos como referencia un modelo igual pero con clasificación D, de mínima eficiencia energética, el ahorro llega al 75% del precio, es decir, es como si la pantalla nos hubiese costado una cuarta parte, 500€, en lugar de los 2.000€.

Reto Smart Green

El tema del medio ambiente se traduce en LG en su “reto Smart Green”, con el que se ha propuesto plantar 47 millones de árboles nuevos al año en España, uno por cada habitante, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2.

Además de esta importante acción para la sostenibilidad del planeta, esta marca se ha centrado desde hace años en diseñar productos de larga duración, que incluyen tecnología capaz de ahorrar mucha energía y agua durante su uso, pero que además tiene implicaciones medioambientales tales como reducir el impacto de residuos electrónicos, tanto por su larga vida como por el reciclado eficiente al final de la vida útil de los aparatos.

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