Cómo elegir el mejor amplificador de sonido para tu hogar

Si quieres instalar un equipo de sonido en tu casa puedes optar por un sistema completo, prediseñado por el fabricante, o por una configuración personalizada. La primera opción no es mala, pero si quieres algo más exclusivo, versátil y con características específicas, lo mejor es montarlo tú mismo por partes. Estas son, en esencia, un reproductor, un amplificador y un sistema de altavoces, que podrás elegir a la medida de tus necesidades.

Si ya tienes un reproductor y unos altavoces, o ya sabes los que quieres, falta una parte fundamental del sistema, que es el amplificador. Este equipo se encarga de coger la señal del reproductor de música e incrementar su potencia eléctrica para enviarla a los altavoces y otros equipos de sonido. Elegir el modelo adecuado no es muy difícil, pero sí es importante fijarse en determinadas características para que el conjunto funcione perfectamente. Para ello deberás revisar atentamente sus especificaciones, asegurándote de que se ajustan al resto del sistema que vas a montar.

Potencia y distorsión

Una de las características principales de un amplificador de audio es la potencia de salida, que representa la que es capaz de entregar a los altavoces a través de sus diferentes conexiones de salida. Esto lleva a pensar que la calidad de un amplificador se define por la potencia de salida, pero lo verdaderamente importante es que no se alteren las cualidades del sonido en este proceso, y que el equipo sea capaz de funcionar de forma estable sin generar distorsión, para no dañar los altavoces.

Esto se puede comprobar comparando la gráfica de sonido de entrada con la de salida, y los equipos de mejor comportamiento en este sentido se denominan “lineales”. Esta característica se representa mediante el nivel de distorsión armónica total (THD), un porcentaje que nunca debe superar el 0,1%. A menos impedancia de salida menor será este índice, pero debes tener en cuenta el máximo que muestren las especificaciones. Como referencia, los amplificadores de alta gama pueden tener un THD de tres decimales (por ejemplo 0,005%). Los de gama baja solo muestran un decimal, por lo que generan una distorsión apreciable al subir el volumen, y es recomendable buscar un equipo que tenga un THD de, al menos, dos decimales.

Ten en cuenta la potencia real del sistema

Una vez tengas en cuenta este factor, puedes escoger el equipo en función de la potencia final de los altavoces que quieras instalar. Pero, para que el amplificador se ajuste a estas especificaciones, no debes fijarte en la potencia nominal. El parámetro que debes considerar es la llamada potencia eficaz o RMS de los altavoces, también medida en vatios, que se mide en laboratorios mediante pruebas estandarizadas, basadas en la impedancia del sistema.

Lo ideal es que el amplificador ofrezca una potencia algo superior a la de la suma de todos los altavoces que vas a montar. Y esta potencia en el amplificador está especificada en función de la impedancia de salida (determinados vatios a determinados ohmios). Además, es importante considerar los canales de salida del amplificador y la potencia que puede entregar cada uno a cada impedancia. Por ejemplo, si tiene dos canales con 150 vatios cada uno a 4 ohmios, podrás conectar altavoces de 4 ohmios con un máximo de 150 vatios en cada canal. Y, si estos son de 8 ohmios, sonarán con la mitad de esa potencia.

Lo conveniente, sobre todo en amplificadores de gama media o baja, es conectar altavoces con una impedancia igual o superior a la mínima que ofrece el amplificador. Si lo haces, el equipo generará mucha distorsión y podría acabar dañándose. Por lo tanto, a la hora de configurar tu sistema debes revisar atentamente las características de todos los componentes.

Estabilidad eléctrica

Otra cuestión importante a la hora de escoger un amplificador es la calidad de su fuente de alimentación, y cómo está construida en función de los canales. Dado que es la responsable de proporcionar la potencia eléctrica a la señal que se amplifica, conviene que sea capaz de soportar las fluctuaciones de impedancia de los altavoces sin generar distorsión.

Además, en los mejores equipos esta fuente puede estar duplicada para cada canal (izquierdo y derecho), lo que garantiza una mayor fiabilidad y estabilidad. Este factor es importante, ya que un sistema con mucha potencia, pero con una mala fuente de alimentación, proporcionará un sonido más pobre que otro de menor potencia, pero con una fuente mejor construida.

Conexiones analógicas y digitales

Este es otro punto a tener en cuenta cuando vas a elegir un amplificador. Por ejemplo, en un salón con diferentes dispositivos de reproducción, necesitas que sea compatible con las salidas de cada uno de ellos. Generalmente, contará con entradas analógicas RCA estéreo, válidas para la mayoría de reproductores convencionales. Pero también puede tener entradas digitales por cable óptico o coaxial para reproductores blu-ray y otros aparatos digitales.

Otra posibilidad que ofrecen algunos amplificadores, especialmente los de gama alta, es la conectividad de red para reproducir sonido a través de la red local. Esta puede ser por cable o inalámbrica, incluso con aplicaciones para configurar la reproducción por streaming. Y otros también tienen conexiones WiFi o Bluetooth dedicadas para configurar un sistema inalámbrico en diferentes partes de la casa. Aunque en este caso los altavoces deben estar autoamplificados, ya que el amplificador solo puede proporcionar potencia a la señal a través de cable.

Por otro lado, los modelos más completos contemplan la posibilidad de crear diferentes zonas de sonido, con módulos de salida independientes, incluso con fuentes de alimentación independientes para cada módulo. Esto permite, por ejemplo, crear un hilo musical en toda la casa, dividido por habitaciones que se pueden controlar de forma independiente. Si tienes en mente montar un sistema tan ambicioso, te interesa revisar con cuidado las características técnicas de cada salida, y pensar en un montaje de cables por dentro de las paredes, para una mejor estética.

En cuanto a las salidas, es importante que el amplificador disponga de las mismas tomas que usan los altavoces. Muchos sistemas emplean cables de par de cobre que se conectan a bornes en el amplificador y en los altavoces, y otros tienen conectores RCA. A pesar de lo que pueda parecer, esto no determina especialmente la calidad del sistema, ya que puede encontrar ambos tipos de conexión en diferentes gamas. Lo importante es que puedas enchufar tus cajas acústicas al equipo.

ACERCA DEL AUTOR