El smartphone ya no es un teléfono que hace otras cosas. Cuando sale un modelo nuevo, lo primero que se destaca es su capacidad para tomar buenas fotos y grabar buenos vídeos. Eso tiene como consecuencia que muchos usuarios se planteen que no es necesario tener una cámara de fotos o de vídeo dedicada para obtener excelentes productos audiovisuales. Algo de verdad hay en esta afirmación, pero no toda. Porque son dispositivos, a pesar de todo, muy diferentes, con grandes diferencias en manejabilidad, en calidad y en posibilidades creativas. Vamos a ver qué es mejor, un smartphone o la cámara de fotos, analizando sus elementos
Estructura de la cámara de fotos
Una cámara de fotos es básicamente una caja estanca a la luz, que solo penetra en ella a través de un orificio, donde se coloca la lente u objetivo. La luz alcanza a un sensor, que se encarga de convertirla en una imagen digital. La cámara de vídeo responde al mismo esquema, solo que del sensor salen una serie de fotos por segundo, en lugar de una sola cada vez que se pulsa el disparador o botón de grabación.
Los zoom de las cámaras digitales modernas pueden ser muy grandes y pesados, sobre todo si son de gran luminosidad. Además, incorporan una gran cantidad de componentes electrónicos para manejar sus automatismos y la transmisión de datos a la cámara
De este esquema básico se deducen varios elementos que afectan directamente a la calidad de la imagen fija o en movimiento generada. Y de la mera observación de un smartphone y de una cámara “de verdad” se llega a la conclusión de que nunca pueden ser iguales.
El objetivo
El objetivo de una cámara tiene básicamente dos características que lo definen: su ángulo de visión, que determina que sea más o menos angular o más o menos tele, y su luminosidad, determinada por su número F mínimo, o abertura máxima. El diafragma permite variar la apertura para ajustar la toma a las condiciones de luz existentes.
En una cámara de fotos seria se puede elegir el objetivo más adecuado para el uso fotográfico que vamos a llevar a cabo. Cualquier objetivo medianamente de calidad lleva una gran cantidad de lentes que corrigen aberraciones para lograr la mejor calidad de imagen. Un objetivo puede ser varias veces más grande y pesado que la propia cámara, y por supuesto que un smartphone. En una cámara “normal” lo habitual es que usemos un objetivo zoom, que nos proporciona una gama de distancias focales amplias, sin solución de continuidad entre el rango disponible.
Los objetivos intecambiables son una de las mejores características de las cámaras de fotos serias, que permiten adaptar las posibilidades de las cámaras al tipo de foto que se va a tomar
Los objetivos de los smartphones son con frecuencia lentes únicas, de un tamaño minúsculo, con distancia focal fija y con apertura también fija, aunque los más refinados y caros llevan lentes con varios elementos, hasta 6.
Los smartphones modernos se venden frecuentemente con el argumento de tener varias cámaras. Es una forma de poder utilizar una gama de aperturas amplia, ante la imposibilidad de llevar zooms ópticos reales, debido a su extrema delgadez. Cada “cámara” es en realidad una lente asociada a su propio sensor, y con una distancia focal diferente, desde angular a teleobjetivo. Combinando las tres cámaras, se obtiene un rango amplio de focales. Cuando se “hace zoom”, en realidad se pasa de una cámara a otra para lograr el efecto de cambio de distancia focal.
A pesar de su extrema delgadez, los ingenieros se las apañan para meter lentes con varios elementos en el smartphone, que obviamente son de tamaño minúsculo
La calidad y diseño de las lentes de los smartphones es cada vez mejor y son más sofisticados, pero es muy difícil, si no imposible, que pueden igualar al objetivo de una cámara dedicada.
El sensor
Cualquier fotógrafo o videógrafo profesional sabe que cuanto mayor sea el sensor de la cámara, mejor. Un sensor grande tiene píxeles grandes, que recogen mejor la luz, con lo que es más sensible y apto para trabajar con iluminaciones escasas, y además es más adecuado para lograr un bonito “bokeh”. Las cámaras de fotos de fotograma completo son las más profesionales. El resto tiene sensores más pequeños. El sensor de los smartphones es mucho menor que el más pequeño de los disponibles para cámaras de fotos y vídeo.
Un smartphone con tres cámaras, tiene tres lentes y tres sensores, empaquetados en la misma unidad (FOTO CORTESÍA DE iFixit.com)
Por lo tanto, aunque son muy sofisticados y producen una calidad de imagen excelente, los sensores de los smartphones no se pueden igualar a los de las cámaras dedicadas. Los smartphones con dos o más cámaras, llevan un sensor para cada una de ellas, de diferentes tamaños, que oscilan entre 1/4 de pulgada y 1/1,7 pulgadas.
Son tamaños ínfimos comparados con sensores APS-C, típicos en cámaras semiprofesionales, y mucho más si lo comparamos con un sensor de fotograma completo.Es cierto que hay cámaras compactas de muy baja gama que equipan sensores similares a los de los smartphones, pero en general son cámaras muy básicas, con una mínima funcionalidad.
La ergonomía
Para terminar, hay que hablar de la ergonomía. Una cámara de fotos o de vídeo está diseñada para ser precisamente eso. Y su forma, sus controles, sus conexiones, sus menús y funciones de ayuda están destinados exclusivamente a ese fin. Hacer una sesión de fotos de una hora con un smartphone es tremendamente incómodo. La información que proporciona sobre la toma es escasa, y la visualización en entornos luminosos puede ser complicada.
Una cámara profesional tiene una ergonomía, una facilidad de uso y unas ayudas que no se pueden encontrar en un smartphone
El fotógrafo profesional no usa la pantalla LCD para tomar las fotos, sino el visor de la cámara, que no tienen los smartphones. Usando una cámara profesional o semi-pro notas unas sensaciones en el manejo que solo puede producir una herramienta profesional creada y pulida para profesionales. Es la gran diferencia entre usar una herramienta especializada, y otra que sirve para todo, entre el smartphone o la cámara de fotos.
Conclusiones ¿Es mejor la cámara del smartphone o la cámara de fotos?
Con frecuencia se afirma que el resultado de una obra de arte es consecuencia del talento del artista, más que de las herramientas que se utilizan. En este caso, podemos afirmar lo mismo. Un buen fotógrafo lo es independientemente de la herramienta que utilice. Las herramientas solo facilitan la vida y hacen más o menos fácil.
Pero el talento es lo primero. Si uno es capaz de comprender las limitaciones del smartphone, y trabaja con él sin salirse de sus posibilidades, y convirtiendo sus “defectos” en oportunidades creativas, podrá obtener grandes resultados. Al contrario, si uno tiene nulas capacidades creativas, ni con la mejor cámara del mundo obtendrá resultados decentes. Pero en definitiva, en este caso tampoco viene mal aplicarse el refrán: “zapatero, a tus zapatos”.
