Banco de pruebas: Cajas acústicas Sonus faber Maxima Amator

La primera columna de la exquisita gama Heritage del decano italiano en sistemas de altavoces High End es una deliciosa herramienta para escuchar música que nos transporta a una nueva dimensión del audio

El punto de partida “histórico” del presente análisis, y de hecho lo que justifica la puesta a punto de un producto como el que lo protagoniza, es la obsesión por la pureza en la reproducción musical que constituye la razón de ser, el “leitmotiv”, de la que probablemente es la única marca italiana especializada en cajas acústicas que goza de reputación a escala mundial, y además al más alto nivel: Sonus faber. Una obsesión cuyo punto de partida se remonta a la década de los 80’ del siglo pasado y que en el ámbito de la ejecución física se ha ido refinando de manera ininterrumpida hasta ahora, con un potente punto de inflexión –en 2009- marcado por el cambio de propiedad de Sonus faber y, a nivel de producto, por la presentación de la que sigue siendo la caja acústica más sofisticada –con permiso de su fantástica “hermana pequeña”, la Aida 2- jamás creada por la firma transalpina: la monumental “The Sonus faber”. Las lecciones aprendidas desde entonces a nivel de ingeniería permitieron redefinir el “ethos” de Sonus faber, hasta el punto de que gracias a la perspectiva que da el paso de los años sus ingenieros decidieron revisar algunos modelos icónicos de la marca para darles un nuevo empuje respetando a la vez su esencia: de ahí la gama Heritage y el modelo más reciente incorporado en la misma, la muy especial Maxima Amator.

Una extensión física –y en musicalidad- de la Electa Amator III

Contrariamente a los otros dos modelos de la gama a la que pertenece, la Maxima Amator no es un monitor de estantería sino una columna, a la vez que no constituye la revisión/puesta al día de un modelo comercializado con anterioridad, detalle este último que la convierte en especialmente atractiva. Tal y como sugiere su nombre, nuestra invitada tiene una vinculación muy estrecha con la Electa Amator III, punto de partida de la familia Heritage y comercializada en 2018 coincidiendo con el 35º de la fundación de Sonus faber. Con una configuración de 2 vías/2 altavoces –considerada por muchos el sistema más puro desde el punto electroacústico- que entronca con los modelos más clásicos de la firma de Arcugnano, la Maxima Amator destaca especialmente por la singularidad de su recinto, construido en nogal macizo con ayuda de procesos de tratamiento avanzados para superar las limitaciones estructurales de la madera maciza. Pero hay más, ya que Sonus faber se ha empleado a fondo para definir los volúmenes internos del recinto en cuestión, que ha sido dividido en tres cámaras separadas –una para el volumen acústico propiamente dicho, una rellena de material inerte para dar estabilidad al conjunto y una para el filtro divisor de frecuencias- con el fin de incrementar su rigidez estructural y, en paralelo, minimizar las resonancias.

Con respecto a los transductores empleados, la Maxima Amator monta exactamente los mismos que la antes citada Electa Amator III, concretamente un tweeter DAD –“Damped Apex Dome”- de 28 mm de diámetro con imán de neodimio y cámara posterior con estructura de laberinto acústico fabricada en madera de abeto maciza y un “midwoofer” con cono de 180 mm fabricado en una exclusiva mezcla de pulpa de celulosa y fibras naturales secada al aire. Del “midwoofer” hay que destacar asimismo su rigidez extrema al estar montado en una carcasa de aluminio de fundición diseñada a medida por Sonus faber. Pero la que sin duda es la verdadera “madre del cordero” de nuestra invitada por cuanto determina en buena medida su inconfundible personalidad sonora es el filtro divisor de frecuencias. Visible –la verdad es que es precioso- desde el panel posterior, el citado filtro se basa en una innovadora topología que responde a la denominación IFF -“Interactive Fusion Filtering”- que prescinde de la topología de primer orden clásica utilizando funciones de transferencia no convencionales basadas en el concepto de pendientes de corte progresivas aceleradas de Sonus faber. Ejecutado con componentes de la máxima calidad –algunos de ellos hechos a medida- y afinado a oído para lograr una integración perfecta de los transductores empleados, el IFF es uno de esos elementos que, nunca mejor dicho, consiguen marcar la diferencia.

Al igual que en los demás modelos de la gama Heritage, el filtro divisor de frecuencias es la piedra angular de la marcada personalidad sonora de la Maxima Amator. La sofisticación de la topología empleada es un compendio de las estrategias de filtrado utilizadas por Sonus faber a lo largo de sus casi 40 años de historia

VALORACIÓN ONOFF

+Musicalidad extrema, en especial con música ejecutada con instrumentos acústicos.

+Zona alta del espectro rebosante de matices armónicos y calidez.

+Voces exquisitas gracias a la perfecta integración de los altavoces empleados.

+Presentación del sonido holográfica si se elige bien la electrónica adecuada.

+Calidad de fabricación, de los materiales, de los componentes y de los acabados.

+Ingeniería de los altavoces y, muy especialmente, del filtro divisor de frecuencias.

+Estética de belleza clásica que mantendrá intacto su atractivo durante décadas.

+Componente emocional aportada por la pertenencia a la gama Heritage de Sonus faber.

-Alto nivel de exigencia con la electrónica de amplificación.

-Crear un producto con tamaño nivel de dedicación tienen su precio.

VALORACIÓN

CONSTRUCCIÓN: *****

DISEÑO: *****

PRESTACIONES: *****

CALIDAD SONORA: *****

CALIDAD/PRECIO: ****

CARACTERÍSTICAS

  • CONFIGURACIÓN: sistema bass-reflex de 2 vías/2 altavoces
  • ALTAVOCES: 1 “midwoofer” de 180 mm de diámetro y 1 tweeter de cúpula de 28 mm
  • RESPUESTA EN FRECUENCIA: 35-35.000 Hz
  • SENSIBILIDAD: 88 dB/W/m
  • IMPEDANCIA NOMINAL: 4 ohmios
  • POTENCIA DEL AMPLIFICADOR ASOCIADO: 25-125 W RMS
  • DIMENSIONES: 300×1.120×350 mm (An x Al x P)
  • PESO: 38 kg
  • PVP: 14.990 euros (pareja)

 

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