Banco de pruebas al cable de altavoz Supra Sword Excalibur Rh

Supra es una empresa sueca especializada en cables que fundó y dirigió Tommy Jenving hasta su fallecimiento en 2011.

Su larga historia desde 1976 incluye numerosos avances en la industria, y su “credo” es precisamente no creer en nada más que la ciencia, materiales y medidas, para buscar los mejores cables posibles para cada aplicación. Sus cables deben tener un precio razonable, ofrecer la mínima inductancia (el enemigo del cable de altavoz) o capacitancia (el enemigo en cables de línea entre componentes), y captar el mínimo de ruido e interferencias externas (enemigo en todo tipo de cables).

Descripción

El cable que probamos en esta ocasión lleva dos años de desarrollo a sus espaldas y es uno de los topes de gama de Supra: el Sword Excalibur Rhodium Edition (su nombre completo) debe esa última parte al uso de conectores de Cobre recubierto de Rodio, una combinación óptima para lograr contactos fiables a largo plazo. En la bonita caja de madera nos llegan dos tipos de conexiones para cada extremo: horquillas o bananas. Van roscadas y es muy sencillo cambiar a lo que nuestro amplificador y cajas precisen, o prefiramos.

El cable en sí se fabrica a base de finos cables de Cobre esmaltado (Litz) de 0,4 mm de diámetro: van 12 trenzados en una dirección y otros 12 en la dirección opuesta, para cancelar el campo magnético generado y conseguir mínima inductancia. La rotación de fase es cero y es básicamente un cable transparente a la señal de audio. Incluye protección con una toma de tierra en un extremo (amplificador) y la funda de PVC más su estructura le dan un diámetro de casi dos centímetros, y cierta rigidez algo incómoda o problemática en huecos estrechos.

A prueba

No tuvimos mucho tiempo para probar estos cables en nuestro sistema, y sospechamos que irán a mejor pues ésa es nuestra experiencia después de más horas de uso y “rodaje”. Los probamos con cajas bastante sensibles curiosamente (las Klipsch 8000 de este mismo mes y nuestras Ramallo Allegro), y tanto con amplificadores de estado sólido (potente Clase D) como de válvulas (poco potente Single End), es decir dos extremos.

Al usar cajas tan sensibles (96 a 98 dB) pensábamos que el cable de altavoz iba a costarnos más de apreciar (no conduce tanta corriente como en cajas menos sensibles) pero ¡vaya si se notó!

Desde el minuto uno, y como decía más arriba cuando llevan no minutos, sino horas y días, suelen mejorar. El cambio respecto de mi referencia habitual (un cable de gama media con cobre de calidad y buena sección) fue claramente a mejor. Con el amplificador de estado sólido, cuya salida es balanceada (ambos polos “vivos”) la toma de masa resultó providencial: aunque es muy silencioso, la música parecía emerger de un fondo más negro todavía, ganando en contrastes dinámicos y en profundidad de escena. Además le dio un toque ligeramente cálido al sonido de esas etapas, que con las Klipsch fue muy bien recibido: el equipodio un buen salto en calidad simplemente añadiendo estos cables de altavoz, un salto que sería imposible invirtiendo lo mismo en otro componente.

Con las válvulas la sorpresa fue incluso mayor: además de ganar en rango dinámico gracias a bajar ese fondo de ruido (inapreciable antes pero que ahí debía estar) si el sonido ya procedía de una escena amplia y profunda, con el Supra el escenario pasó a ser totalmente 3D. En un primer momento me pareció que el grave había perdido presencia pero enseguida, con más cortes, me di cuenta de lo contrario: el Supra Sword Excalibur “sujeta” mucho mejor esas notas, o ayuda al amplificador a hacerlo, y en el caso del de válvulas esa ayuda es notable porque el grave da un paso notable en precisión y claridad, incluso sí se nota más extendido con temas que bajan a notas subterráneas. Más allá de estas primeras notas, la claridad y dinámica en medios y agudos que consigue este cable son destacables. La música está más ordenada, es más fácil reconocer el timbre de un instrumento o una voz, o entenderla si no es nuestra lengua materna. De nuevo nos queda claro que es un salto para un equipo de cierto nivel que no se daría cambiando otro componente: una buena inversión, vista la calidad de construcción (robusto) y que viene con dos tipos de conexiones fácilmente intercambiables.